Cuando vimos la tortuga mocharle la cabeza a la otra pensábamos que eran dos machos luchando por el territorio. Pero no, resulta que eran macho y hembra buscando temita. El tortugo venga a pegarle a la tortuga en la cabeza, y era para cortejarla, no más… Lo ignoramos todo sobre el amor de las tortugas, y sobre sus motivaciones en general.
Las tortugas de la Estación de Atocha son muchas y viven todas en un estanque del inefable “Jardín Tropical”. Cuando un madrileño se cansa de su tortuguita -esas que se compran en un miniparaiso de plástico con palmera- la suelta aquí.
Bajo los soles artificales, y en un magma de altavoces distorsionados, estas tortugas son un espectáculo para los niños y los pasajeros aburridos. Si te pones a observarlas, resulta que no están quietas: ellas, como tú, tienen mucho que hacer cada día.
Hoy como es domingo y tenemos mucha reseca, perdón resaca, nos parecía muy refrescante sacar a la luz esta nueva sección llamada “Animalicos”. Está dedicada a la fauna urbana, que convive con nosotros en el asfalto de la ciudad. Están vivos y hacen lo suyo. Si algún bienintencionado los trasladase al campo no creo que supiesen cómo sobrevivir.
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