Henar Lanza es editora de la Playa de Madrid. Decimos “es” y no “era”, pues aunque se haya ido físicamente a Colombia jamás la dejaremos escapar, ya que la Playa de Madrid es una fáustica red atrapa almas, y esta alma es demasiado valiosa para nuestros demoniacos fines. El mundo es muy pequeño y las terrenas distancias no existen en el mundo de los espíritus puros, como tampoco en el no tan puro mundo de internet.
Henar dice de sí misma:
Henar Lanza era el tercer tercio activo de La Playa de Madrid hasta que cruzó el océano y se fue a ejercer de profe de Filosofía a la Universidad del Atlántico, Barranquilla, puro Caribe colombiano. Desde entonces es el tercer tercio activo, pero en asuntos de allá, y bastante desactivado en asuntos de acá (ni siquiera la fiesta en el Matadero y la gente majaguapa y las cervezas la trajeron, con lo que le gusta a ella esa combinación). A pesar de ello, parece que sigue viva y con la intención de reaparecer cual Ave Fénix en cuanto supere su proceso de adaptación a los calores latinos.
Ha trabajado en mil cosas, 25 oficios, 50 desgracias, siempre relacionadas con los libros: redactora, correctora, editora, librera, asesora editorial, profesora, bruja. Ha escrito relatos, ensayos, una tesis, reseñas, crónicas… Ahora exhibe su letraja de pata de mosca sobre una pizarra para alumnos que consideran que tiene un acento exótico.
Cuando yo la conocí estaba escribiendo una serie llamada Parasexo, pequeños cuentos de los que conservo una exquisita edición publicada por Duplex-Papeles mínimos. Los parasexos eran encuentros muy breves, cargados de difusa electricidad. Este cuento me parece a mí uno de esos parasexos. También aquí hay seres que mantienen una azarosa relación con sus cuerpos, pero que los necesitan para tocarse unos a otros. Porque el alma sola, flotando por el universo, sin manos ni nada, parece difícil de abrazar.
Es el relato más breve que hemos publicado hasta el momento: un bomboncito. Relleno de pelo.
La ilustración de portada es de Antonio Feliz.
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