Marta Azul me llama para confesarme que éste relato que ha escrito no es suyo. Lo ha robado. Como se roba -dice- una cucharita de plata. Yo pienso en una cucharita que robé en un restaurante. Su forma era perfecta.
Cuando vuelvo de visualizar mi cucharita, Marta Azul me está contando que se lo ha robado a un ladrón. Como venganza.
Me habla de un escritor que vivía de robar palabras a los demás, que intentaba extraerles lo que fuera: un hombre que no amaba a las mujeres, pero escribía muy bien sobre el amor. Iba apagando los rostros de las chicas que lo amaban. “Vi a su exnovia en una presentación. Estaba de espaldas, y cuando se volvió… nunca había visto un rostro tan triste”. Él, el escritor, cogía de ellas cuanto podía. Necesitaba destruirlas para crecer.
A ése le robó este relato.
Marta Azul no lo copió con exactitud como una copista, sino que lo volvió a escribir de memoria. Quitó algunas cosas. Escribió otras. Copiaba su estilo, y su estilo le salía incluso mejor que a él. “Me di cuenta de que el Estilo no era nada, o no era para tanto. Escribí cosas con su Estilo que estaban mucho mejor que las suyas”.
Al copiar el relato, ella lo cambió para que tratase sobre el verdadero amor.
La PORTADA y las ILUSTRACIONES interiores son de Teresa Irisarri
Así mismo, las ilustraciones que acompañan esta web han sido recogidas de las realizadas por Teresa Irisarri para el libro.
Evidentemente y afortunadamente las notas sobre la autora hay que cambiarlas de arriba a abajo . En cuanto al relato, precioso por cierto,tengo que terminarlo en breve. Las ilustraciones también son muy bonitas.
Un abrazo
La playa, con su ir y venir de las olas refleja gráficamente la vida misma.