Muchas veces me pregunto por ese misterio que llamamos «el deseo de escribir» y cuando, como en este caso, no puedo evitar volver a la playa de Madrid después de tanto tiempo, arrastrada como en un tsunami, es el momento de obtener una respuesta: ¿qué me ha impulsado a volver aquí?
La admiración, el agradecimiento por que algo así exista, las ganas de que todo el mundo lo conozca y lo disfrute.
Carmen la griega lleva unos años haciendo un trabajo artístico con su padre, desde que fue diagnosticado de Alzheimer. Cuando nos ocurre algo así, cualquiera de nosotros, y también nuestra familia, lo vivimos como un golpe del martillo de la desgracia. Golpe tras golpe tras golpe nos irá hundiendo… O no.
Lo que ha hecho Carmen es bucear en todo su saber acumulado en años de vida artística. Una verdadera artista pasa cada minuto trabajando para reconducir su mirada: cada objeto puede ser otra cosa, cada situación puede girar unos grados.
Carmen ha aplicado todo este aprendizaje para cambiar la narración: de la desgracia a la ALEGRÍA. Ha trabajado con su padre de mil maneras, adaptándose a cada estadio en que él se iba transformando. Carmen guió a su padre de la mano por el tumultuoso Lḗthē, el río del Olvido. Ella ha hecho el papel de Virgilio y su padre el del poeta que recorre los círculos, hacia lo profundo. A lo largo de esta aventura él mismo se convirtió en artista y el arte es ahora un territorio privado entre los dos, una habitación íntima donde padre e hija pueden seguir comunicándose cuando desaparecen las palabras. Incluso ahora cuando ya su padre entra en el mundo de la comunicación animal y se transforma en gata…
Carmen abre estos días fríos su estudio y nos ofrece asomarnos a ver. Solo podemos sentirnos agradecidos: vivimos en un mundo hermoso.
La transformación de mi padre en gata
Taller la Griega. Calle Fucar 4
Horario: Del 2 al 5 de enero, 19 a 21h.
Entrada libre
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