- ¿Nos pone un par de cañas, por favor?
El hombre saca dos botellines.
- ¿No tiene Mahou?
- Es que eran muy antipáticos y había problemas… Aquí somos exclusivos de Amstel.
Pone dos tapas de queso en un platillo y dos de tortilla en otro.
- ¿De quién es la imagen de debajo del reloj?
- Eso es el Cristo de Medinaceli. Aquí somos muy devotos de Él.
- Sí, yo viví una temporada junto a la iglesia y un día al año veía la cola que se formaba, que daba la vuelta a la iglesia y llegaba al Congreso.
- No, era todos los viernes.
- Sí, todos los viernes había gente, pero un día al año, que no sabía que tuviera que ser viernes, la cola es larguísima.
- No, no, eso es así todos los viernes.
- Si es que yo viví allí mucho tiempo.
- ¡Era así todos los viernes!
Coge un taco de calendarios de bolsillo que tiene junto al cañero y lo repasa buscando:
- De santos no queda ninguno, se los han llevado todos. Bueno, tomad estos dos.
Les tiende dos calendarios azules en los que pone en rosa “SURF“.
Sale la mujer de la cocina:
- Yo tengo una colección de calendarios con el Cristo de cada año, todos santificados, me los trae una amiga ya santificados de la iglesia, esperad a ver que los revise a ver si encuentro alguno repetido y os lo doy.
- Es que una iglesia de Madrid vale más que cualquier cosa del mundo. Y mirad cuántas tenemos.
Aparecen dos turistas:
- ¿Tienen raciones para comer?
- Sí, claro que tenemos raciones.
Ambos se sientan, piden la bebida y preguntan qué raciones hay:
- Lombarda. Bueno, y pinchos de tortilla.
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