Es una maravilla descubrir artistas. No tienen por qué ser nuevos; puede ser que, por una razón o por otra, hayan quedado fuera de tu radar. Lo que da una satisfacción extra es que, además, te parezcan maravillosos.
Ese es el caso de Biodramina Mood, un quinteto formado en 2008 por Antonio Fernández que acaba de sacar su segundo disco, ¡Arriba Excursionistas! Fue gracias a que el Señor Tropical me presentó a Antonio a la salida de un concierto, insistiéndome en que eran muy buenos. Antonio me comentó que el grupo estaba formado por tuba, cello, batería, marimba y guitarra hawaiana. No daba crédito, ¿qué clase de formación es esa para un grupo? Pero sonaba estimulante, habría que darle una oportunidad.
Escuché atentamente el disco, que me encantó, y escribí una elogiosa reseña. Sólo quedaba escucharlos en directo para que superasen la prueba del algodón. Ya se sabe, hay grupos que son conceptualmente brutales y en disco funcionan muy bien, pero que son incapaces de defender la propuesta en directo por ser demasiado sofisticada…
Biodramina Mood dieron un concierto excelente, sin fisuras, pero vayamos por partes. Sorprende ver la disposición de los instrumentos, ocupan un montón de espacio. La marimba es la que más llama la atención con sus más de dos metros de largo, todo un despliegue, pero también están la batería completa, el chelo con su soporte, la tuba y la guitarra de tipo lap steel, que tocan sentados. Menos mal que no necesitaban mucha amplificación, hubiesen tenido que alquilar un camión de mudanzas… No caben fácilmente en cualquier escenario y mover tanto percal tiene que ser complicado; quizá es por eso que no tocan más a menudo, lo que es una lástima.
Musicalmente son una maravilla. Todo el repertorio gira en torno a la especialísima sonoridad de la marimba de Vera Garrido, un instrumento que define el sonido y el tono de todos los temas. Este protagonismo lo comparte con las steel guitars de Antonio, con las que se reparte el grueso de las melodías, dándoles un estilo más hawaiano, surfero, jazzero, cool o lo que sea se tercie. El chelo de Lucía Díez y la tuba de Chiaki Mawatari arropan perfectamente, alternándose las líneas de bajo, desarrollando colchones sonoros y fraseos que se entrecruzan entre sí deliciosamente. La batería de Raúl Rodríguez acompaña al conjunto de una forma tan sutil que parece que no está, pero actúa como lubricante de un motor perfectamente engrasado. Es maravilloso ver cómo sacan sonidos y timbres insólitos, cómo los mismos instrumentos pueden llevarte de una paradisíaca playa polinesia a las orillas de un Sena de postal en unos segundos creando una imagen mental totalmente distinta pero igualmente plácida.
Sí, es una música plácida. Es lounge, entendido esto como un juego mental orientado a que en el cerebro se vayan sucediendo ambientes de película. Antonio es compositor profesional, y la colaboración con músicos de carrera en el grupo retroalimenta sus partituras, pues los instrumentos parecen tener voz propia. Siempre la voz adecuada, arriba y abajo, dinámica, electrizante, pero nunca turbulenta. Es una música ideal para hablar, para disfrutar de un cóctel exquisito, para evadirte en el transporte público, para hacer el amor… Es la banda sonora perfecta para un día luminoso.
No dejéis pasar la oportunidad de verlos en directo. Es un lujo tener una banda así en la ciudad.
¡¡¡ Magnifíco !!!… Todo el grupo…
Vera Garrido con su Marimba, y todos los instrumentos… un placer escucharlos…