Así fue: 981 Heritage en fotos

Mouse on Mars, intuidos entre el humo

El 981 Heritage venía marcando peculiaridades, empezando por el nombre raro (¿Se pronuncia eritaje, eguitash o geriteich? ¿Qué significa el número?), siguiendo por el emplazamiento en la Nave de Música de Matadero y acabando por el horario de mediodía a medianoche.

A lo del nombre raro no tenemos respuesta, pero el cartel encabezado por Mouse on Mars atrajo al público esperado, un montón de treintañeros muy modernos seguidores de la estética Zombie Kids: barba, Ray-Ban Wayfarer o gafas de pasta, tatus y cosas así. Muy rollo Vice, pero con menos patochadas. Bueno, no me voy a meter en un jardín estético, las fotos hablan por sí mismas.

Musicalmente, llegamos a tiempo de ver a Solar Bears y a Actress, pero como no entendemos nada de electrónica en realidad estuvimos dándonos rulos por la nave saludando a conocidos y sacando fotos esperando a que llegasen Mouse on Mars. Y aquí hacemos un inciso.

Porque el espacio donde se desarrolló el evento es una pasada, con su arquitectura industrial de ladrillo y columnas de hierro mezclándose con un exótico jardín interior y pasarelas de madera que llevan de una zona a otra. No suele ser habitual que las dos zonas de la Nave de Música se usen simultáneamente, pero esta vez se optó por situar un escenario en cada lado. El grande, que estaba patrocinado por Son Estrella Galicia,  es espectacular, con los enormes ventanales traseros y los lucernarios dejando pasar el sol. El edificio es muy vertical y luminoso, como una catedral: puedes sufrir subidones espirituales a nada que te estimules. El pequeño está en una construcción de estilo post-nuclear llamada Lecture Hall, y al ser bastante oscura y pequeña conseguía crear una agradable sensación de club. Por separado, las dos secciones de la nave son excelentes para disfrutar de la música; simultáneamente, puede que sean el mejor entorno musical de Madrid.

Volviendo a la música, Mouse on Mars triunfaron, que para eso eran cabeza de cartel. El set fue energético, como debe ser, pero tampoco me voy a meter en jardines musicales, que me sacas de los Chemical Brothers y los 90 y me pierdo. Sí que me pareció que le faltaba un poco de caña al sonido, pero probablemente fue debido a limitaciones impuestas para no interferir ni con los vecinos ni con el resto de Matadero. De las actuaciones posteriores no podemos hablar, porque teníamos asuntos que cubrir y partimos con el atardecer. Seguro que hay un montón de blogs y revistas online que te lo cuentan todo mucho mejor. Nosotros ponemos (humildemente) las fotos.

Lo que sí que resultó raro de todo esto fue que se desarrollase a pleno sol. Es como si la música electrónica y el sol sólo casasen con propiedad cuando la luz del día te saluda en toda la cara al salir de un garito después de desfasar toda la noche. Se supone que sin luz te sueltas más y nadie te ve haciendo cositas malas… Eso sí, tanta gafa de sol le daba al panorama un cierto aire a after-hours comedido. No había lugar para el desfasón. Muy sano.

Raro pero interesante, esto de la electrónica a deshoras.

Y vimos a Tomás Fernando Flores por ahí. Un escalofrío nos recorrió el espinazo…

PD: 981 es el prefijo telefónico de A Coruña, me lo acaban de chivar. Ahora sólo falta saber de dónde viene lo de Heritage.