Estamos montando un vídeo de La playa de Madrid cuando Camilo nos llama desde Colombia para avisarnos de que Federico, un amigo y compatriota suyo, está de paso por Madrid. Con la hospitalidad que nos caracteriza, salimos a pleno sol a tomar con Federico todas las cañas y vinos que él quiera y pueda nada más comer. Cuando llega la noche y con ella el concierto no estamos guapas, sino elegantes.
Nos perdemos al salir del metro y llegamos al Gruta 77 tarde y sofocadas, pero a tiempo de escuchar al texano Terry Lee Hale. Alto, fibroso, moreno, guapo, con su guitarra y su ortodoncia en forma de armónica. Entre Dylan y Cash. Nos bebemos el primer litro de cerveza. Como everybody knows, el alcohol trae la clarividencia y nos hace olvidar que no sabemos lo que no sabemos y sin aviso previo el inglés se convierte en nuestra lengua materna.
El texano hace hincapié en que tenemos que agradecer al Indio y al Gruta 77 los conciertos que hemos visto y oído durante tantos años y lo difícil que es que esto siga a flote. A flote en cerveza: yo lo veo clarísimo.
Acaba el concierto de Terry Lee Hale y entra montando alboroto un grupo de Jägermeister que nos hace un boca a boca de licor que hace que todo se vuelva verde. Y rojo. Alternativamente. Dios mío, qué demonios había en esas pipetas.
Las camisas de Los Coronas también se ven rojas. Me pregunto si en verdad serán verdes y el Jägermeister me ha dejado daltónica crónica.
Y de ahí en adelante fue todo beber cerveza y jugar a las películas, es decir, yo bebía cerveza y Miss Wonderly rodaba estas maravillosas películas (es a ella a quien tenéis que agradecer que haya vídeos del concierto):
Pulp Fiction:
Brokeback Mountain:
El guateque:
A ratos nos recordaban a Calexico y a ratos a La frontera de Javier Andreu, pero todo el tiempo bailamos como locas frente a estos cinco chicos y sus respectivos sombreros:
- Roberto Lozano “Loza“, el batería aniñado y entallado que toca de pie y no se cansa y tiene energía y alegría para cien conciertos.
- Fernando Pardo, el guitarra-speaker que se da cierto aire a Rosendo, con ese pelo largo, liso y castaño. En un momento dado invitó al escenario a su hermano, que con su camiseta de Dylan cantó estupendamente un tema haciéndose pasar por un espontáneo.
- David Krahe, el otro guitarra, al que seguramente habréis visto alguna vez en el Vía Láctea. Un patilludo alto y guapo.
- Yevhen Riechkalov: el trompetista con gafas de “Yo, cobra”. (Se nota que es de fuera no por el nombre, sino porque es el único que lleva la camisa por dentro.)
- Javier Vacas, el bajista que cumple la ley. La ley según la cual el más guapo del grupo siembre es el bajista. La horizontalidad de sus cejas y la perpendicularidad de su nariz le dan la belleza geométrica de un jefe indio (la melenaza lisa azabache ayuda, claro).
Cuando Terry Lee Hale subió al escenario junto a Los Coronas y todos juntos tocaron una de Johnny Cash, Folsom Prison Blues, si no recuerdo mal, nos subimos por las paredes como lagartijas. Pero de eso, desgraciada o afortunadamente, no hay fotos.
When I was just a baby
my mama told me:
“Son, always be a good boy,
don’t ever play with guns”.
But I shot a man in Reno
just to watch him die.
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