La Fuente de Cabestreros es de los pocos elementos republicanos que se mantuvieron desapercibidos en el franquismo. En su cima lo pone bien clarito: 1934, República española.
Cabestreros es el nombre de la plaza, y se refiere a los que trabajan con cáñamo. Parece ser que en tiempos se llamó “Fuente de los Machos”, pues su agua era una especie de viagra natural. Ahora, como ya no funciona, no podemos comprobarlo. Es triste ver tantas fuentes en la ciudad de las que no sale agua. El lema de Madrid es -lo habréis visto en el mural de Alberto Corazón en Puerta Cerrada- “Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son”. Pero cada vez hay más fuentes secas y si tienes sed por la calle, pese a ser el agua de Madrid conocida por su rico sabor, tienes que comprar ridículas botellas de plástico traídas en camiones, con la consiguiente huella ecológica.
Existen distintas iniciativas ciudadanas que reclaman que el ayuntamiento arregle las fuentes. Este mapa de fuentes de la ciudad donde avisar cuáles son útiles, estropeadas, o incómodas; o intervenciones artísticas como la de Luzinterruptus, que simuló el agua de las fuentes con botellas luminosas. Por cierto, en la plaza de Cabestreros hicieron otra intervención interesante, llamada “Esta plaza está un poco muerta“.
Otro tipo de arte urbano es el que me ha dado pie a escribir sobre la fuente de Cabestreros: Urban knitting, o yarn bombing o guerrilla knitting, o séase arte urbano con ganchillo. Es un movimiento que llegó a Barcelona y Valencia primero. Ya se sabe: las chicas empiezan a hacer amigurimi, esos muñequitos de ganchillo, y no pueden deternerse. Acaban forrando farolas, árboles, bolardos o fuentes…como en este caso. En Madrid estas acciones tienen desde hace ya unos meses excelente representación, a través de un grupo: Tejelaraña.
No se si en noviembre pasasteis por la calle Lavapiés. De la noche a la mañana, todos los bolardos estaban forrados con ganchillo, era humorístico y generoso. Tanto trabajo, hecho con paciencia y cedido al mundo… Saca a tu abuela del salón a la calle. Los bolardos deben ser intervenidos, lo piden. Son como falos bajitos que están de mal humor. Hace unos años mi hermana y yo pintamos todos los de mi calle. En Almadén, vi tiempo después que alguien los había forrado de fieltro. En resumen: caña al bolardo. Si el ciudano se ve invadido de gris, se va a ir volviendo gris él mismo.
Y si hoy pasas por la fuente de Cabestreros la encontrarás toda empingorotada, como una chica que quiere que la saquen a bailar. Fueron las de Tejelaraña. ¡Eh, Mil gracias!
Fuente de Cabestreros | Calle cabestreros 0
Horarios: Día y noche
Precios: Ya no da agua gratis, pero sí placer a la vista.
mil gracias por este post tan bonito y el video esta genial!!!!!
me alegra mucho que te gustara
y me ha encantado lo de “Ya no da agua gratis, pero sí placer a la vista”
GRACIAS!!!!
Queríamos dedicar un poco de tiempo de trabajo a vuestro enorme tiempo de trabajo. Eso es lo que mola, unos hacen algo, que a otros les da ganas de hacer algo : ) Enhorabuena y no paréis, que la ciudad os necesita.
Que bien esta página web! Gracias por sus ideas, descubrimientos, etc ….
Me gustaría contactar con vosotros pero no encuentro ningun link de contacto. Me podeís comunicarmelo? Gracias !
Hola,
Gracias por tu ánimo. Lo hacemos todo por amor al arte así que vivimos de la amabilidad de los desconocidos, como Blanche Dubois en Un tranvía llamado deseo…
Que me enrollo: el email de contacto es info@laplayademadrid.es
Hola,
…por aquello del color en Madrid, no solo pintamos los bolardos, sino también los adoquines. Mucho mejor lo de Teje la araña, que ha encontrado el truco para mantenerse a salvo de voracidad gris de los servicios de limpieza.
Preciosa la fuente y precioso el post. Gracias a ambas por no deteneros.
Acabo de encontrar a los primos alemanes de Tejelaraña:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=418762604801315&set=a.402065066471069.102247.213775278633383&type=1&theater
[...] Con vídeo y todo en la Playa de Madrid: http://www.laplayademadrid.es/archives/3143 [...]