La editorial Errata naturae publica Los pequeños platones, una colección de filosofía para niños. Los dos primeros son estupendos: buenas ilustraciones y ficciones que no caen en la tentación de la explicación.
El primero, El filósofo-perro frente al sabio Platón, cuenta la historia de un joven de buena familia que es enviado a Atenas a estudiar con Platón y, para sorpresa y disgusto de su progenitor, acaba con Diógenes y como Diógenes. Diógenes el cínico, Diógenes el perro, el que vive en un barril y no se peina. El que le dice a un calvo: “Felicito a sus cabellos por haber abandonado una cabeza tan fea”. El que cuando va a ser vendido, se ríe de su comprador: “¡Por el precio de un esclavo, cómprate un amo!”. El que tumbado a la bartola le dice a Alejandro cuando se planta delante: “Me estás quitando el sol”.
Primero los griegos. Y después, siempre los alemanes.
El segundo, Un día loco en la vida del profesor Kant, es divertido y picarón en un sentido burgués. Incluye una ilustración del momento en el que Immanuel se eleva al cielo armado con su ametralladora metafísica, masacra lo sobrenatural, ahoga a Dios en su sangre, destripa la libertad y hiere de muerte al alma inmortal. Otra muy bonita es la de las ideas de Kant dibujadas dentro de su cabeza germana. En contra de la creencia común sobre lo aburrido de la vida en Köninsberg, Kant escribe, da clase, pasea atravesando los siete puentes, sale a tomar café, frecuenta una taberna, invita a sus amigos a comer… Y recibe cartas que parecen escritas por Odette de Crécy, cartas en las que cierta dama le envía una cinta para la espada y el anhelo de verlo esa misma tarde “para darle cuerda a mi reloj”.
El griego, azul, como el Mediterráneo, como el Egeo, como el cielo que contemplaba Pitágoras y el agua en donde se bañaba Arquímedes. El alemán, rosa, como los lazos de raso de primera comunión y las habitaciones de las niñas.
El tercero será El fantasma de Karl Marx.
Uno, dos, tres… Pero, por cierto, querido Timeo, ¿dónde está el cuarto? Habrá que esperar a que se caigan las hojas y nos traigan noticias de Agustín de Hipona, Descartes y demás hombres de papel.
De nueve en adelante, bienvenidos sean los lectores de todas las edades y que cada cual tome lo que quiera de las 64 páginas de cada libro, uno que tome 2, otro 2 elevado a 2 y así hasta 2 elevado a 8.
Voy a preguntarle a Cabeza de Caja si le apetece que lo leamos juntos y que juguemos a elegir nuestra ilustración favorita (y no vale que la de los dos sea la misma) y que uno haga de Diógenes y se invente insultos contra Platón y el otro haga de Platón y y aguante sin respirar hasta ponerse colorado y luego que uno haga de Kant y otro de Maria Charlotta, ella con una cinta y él con una espada.
- Pero no vale que tú te pidas siempre la espada.
- Sí vale.
- Pues entonces vale que yo me pida para siempre la ametralladora metafísica.
Editorial: Errata Naturae
Colección: Los pequeños platones
1. El filósofo-perro frente al sabio Platón. Yan Marchand – Vincent Sorel. Trad., Irene Antón.
2. Un día loco en la vida del profesor Kant. Jean Paul Mongin – Laurent Moreau. Trad., Sara Álvarez.
(Dónde comprarlos)
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