Concierto TINDERSTICKS

Stuart Staples

Como suele ser habitual en sus directos, los integrantes de Tindersticks entraron a escena con ese porte que los caracteriza y la elegante sobriedad que se hace evidente en sus canciones, incluso desde la intro instrumental con la que abrieron su concierto en el Circo Price de Madrid, el pasado 21 de julio.

Junto a Earl Harvin en la percusión, Dan Mackinna en el bajo, Neil Fraser en las guitarras y David Boulter en los teclados, Stuart Staples nos dejaba escuchar su inconfundible voz a partir del segundo tema y nos deleitaba hasta el final con la emoción y la profundidad con las que interpreta cada canción. Por momentos tocando la guitarra o moviendo sus manos con la cadencia de un director de orquesta, S. Staples demostró toda la distinción de su presencia en el escenario y nos desarmó con esa florecita roja que llevaba en la solapa.

Si hay algo que me gusta de Tindersticks es la insondable nostalgia de sus letras, que describen dramas tan humanos que no podemos dejar de conmovernos y sentirnos identificados al escucharlos.
Además del virtuosismo de sus interpretaciones en directo, con el que hacen evidente que disfrutan su repertorio y reconocen el talento de cada uno de sus compañeros.
En el concierto de aquella noche en el Circo Price, su música funcionaba como una unidad estructurada por los arreglos que aportaba cada uno de sus integrantes, logrando esa textura orquestal tan presente en toda su discografía.

El piano y el vibráfono que interpretados por D.Boulter nos transportaban en el tiempo y nos conducían por melodías sacadas de un sueño. Las guitarras de N. Fraser parecían envolver la voz de S. Staples creando todo un entramado sonoro a su alrededor. El siempre presente bajo de D. Mackinna  que nos hacía hervir la sangre con la base rítmica que daba cuerpo y volumen a cada tema. Y la ecléctica percusión de E. Harvin, marcaba el compás y aportaba un placentero toque jazzístico a cada una de las composiciones. Todo esto aglutinado apropiadamente con la sofisticada voz de S. Stapler, que nos contagiaba su drama y nos conectaba con nuestras emociones más profundas.

Una vez más, estos músicos de Nottingham hicieron evidentes sus 25 años de experiencia en escena y fueron interpretando temas de su último LP: Follow me, Were we once lovers?, How he entered, The Waiting Room, We are dreamers. Más algunas canciones de sus anteriores discos (varias de mis favoritas incluidas): She´s gone, Boobar come back to me, The other side of the world, Factory Girls, Show me everything, This fire of autum, A night so still, Sometimes it hurts, My Oblivion. Particularmente especial el momento en el que S. Staples cantó Hey Lucinda, evocando la presencia de la cantante canadiense Lhasa De Sela, con quién grabó a dúo la versión de este tema incluido en su último álbum, y que nos recordó lo mucho que la  echamos de menos tras su muerte, hace algunos años.

Así, el concierto aconteció despacio, con la austeridad, la pureza y la profunda belleza que caracterizan la nostalgia, sentimiento que Tindersticks explora a la perfección con cada una de sus creaciones.
Para complementar esta sugerente experiencia audiovisual solo nos hace falta ver todos los cortometrajes que hacen parte de su recién publicado proyecto titulado “The waiting room”. Seguramente los directores de cine que han colaborado en esta iniciativa han disfrutado sus canciones tanto como nosotros.

El Concierto Tindersticks fue en el Circo Price de Madrid el 21 de julio del 2016, dentro de los Veranos de la Villa