La primera proyección de cine en España fue en el hotel Rusia. Hace exactamente 120 años: fue el 13 de mayo de 1896 -para prensa e invitados- y el 14 de mayo, ya abierta al público. El evento tuvo lugar en los bajos del ya desaparecido Hotel Rusia, en la Carrera de San Jerónimo de Madrid.
Las primeras proyecciones solo trataban de una cámara estando ahí. La salida de los obreros una fábrica o la llegada de un tren a una estación. No importaba contar una historia, sino el hecho mismo del cine, poder apresar y reproducir un momento. Un robo al tiempo. Y también un robo al espacio: ya no es solo la mirada de Dios la que puede estar en todas partes.
En fin, fascinaba el fotograma, como fascinan ahora esas figurillas moviéndose, con apariencia de estar vivas. Vino de la France el proyeccionista -y camarógrafo, lo mismo era- del Cinematógrafo Lumière, Alexandre Jean Louis Promio. Podemos imaginar la sala llenándose de sombrillas, guantes, abanicos y chisteras, todos aguardando la sorpresa. Y vaya si lo fue.
En aquella primera exhibición, se mostró “Maniobras de Artillería de Vicálvaro“. La película fue rodada por el francés Promio con permiso de la reina -los militares no estaban muy a favor-. En la película se muestran los disparos de los cañones del cuartel de Vicálvaro. Entiendo que podría ser esta película, echadle un ojo largo, a mi desde luego me resulta fascinante. Todos los que salen están muertos.
El hotel Rusia ha desaparecido, pero no del todo. Ahora es un centro de Salud, el de las Cortes. Resulta una mezcla curiosa, porque quedan del antiguo hotel molduras y columnas, también un mural que han hecho en plan homenaje al cine. No se si los enfermos que esperan su turno saben por qué coño está ahí Charlot. En todo caso esta vinculación final entre enfermedad, medicina y cine da para una tesis o para una charla con un vino, según.
Las fotografías que tengo del hotel Rusia/centro de Salud son del 2013, de cuando las protestas por la sanidad pública. No han perdido nada de actualidad, así que hago lo mismo que Promio: las tomé y os las pongo. Aquí las tenéis.
Qué bonica eres!
¡Y tu más!