En contadas ocasiones podemos ser testigos de un despliegue de talento, virtuosismo y emoción, como el que presenciamos en el concierto de Owen Pallet del pasado 12 de diciembre en la sala TClub de Madrid.
Desde el primer tema, se hizo evidente el potente y conmovedor efecto de la música de este joven músico canadiense. Owen Pallet y sus compañeros de escena -Rob Gordon en la batería y Matt Smith en el bajo y los coros- nos hicieron flotar durante todo su concierto y vibrar de estremecimiento mientras veíamos y escuchábamos como interpretaban cada una de sus canciones.
Owen, barbudo, vestido de riguroso negro y sin zapatos, entró en el escenario para acompañar a sus teloneros, los jovencísimos Foxes In Fiction, a quienes escuchó tranquilamente sentado en el suelo para luego levantarse e interpretar con ellos algunos arreglos de violín que daban a sus temas un delicado toque dream pop.
A continuación, tras una rápida prueba de sonido hecha por los músicos que lo acompañaban -Rob y Matt-, Owen comenzó el concierto con uno de los temas de su etapa anterior, cuando firmaba como Final Fantasy.
Es maravilloso ver cómo interpreta sus instrumentos con todo el cuerpo: sus manos que conocen de memoria todas las posibilidades sonoras de su violín, y sus pies descalzos que parecen bailar levemente sobre un complejo juego de pedales con el que multiplica y mezcla magistralmente todas las armonías que brotan de su instrumento y de su voz.
Además de tocar y cantar de esa manera, es evidente que este chico disfruta lo que hace y lo transmite. Sonríe, observa al público e interpreta sus canciones con tanta concentración que parece perderse a si mismo en cada tema. Da gusto ver a alguien así: descubriendo un secreto placer en cada nota y compartiendo su estremecimiento con nosotros. Pocas veces he visto ese talento para transmitir emociones de manera tan profunda y tan directa a través de la música.
Durante todo el concierto Owen mantuvo esa conexión con el público y con sus compañeros de escena, que parecían tocar sus instrumentos como si fueran un solo ser, mientras quienes los observábamos sentíamos la música atravesando nuestra piel y nuestros huesos y llenar nuestros ojos de lágrimas de felicidad.
Doy fe de no haber sido la única que estuvo al borde del llanto… aquella noche vi entre el público a varios asistentes igual de emocionados que yo, sumergidos en una especie de catarsis provocada por las canciones de Owen Pallet y su versátil violín, que por momentos parecía un ser vivo más sobre el escenario, una especie de animal pequeñito que aullaba y ronroneaba en nuestros oídos.
Aunque este concierto hacía parte de la gira de presentación de su último disco “In conflict”, Owen y sus músicos dieron rienda suelta a todo su repertorio: temas de la época de Final Fantasy (That’s When The Audience Died, The Dream Of Win & Regine, It Took 2 Years To Win My Heart & 2 Words To Break It, The CN Tower Belongs To The Death, This Lamb Sells Condos), del disco anterior titulado “Heartland” (Lewis Takes Off His Shirt, The Great Elsewhere, E Is For Estranged, Tryst With Mephystopheles) e incluso una versión estupenda de “This Modern Love” (original de Block Party).
Sin embargo, los temas más contundentes fueron los de su disco nuevo (In Conflict, Song for Five and Six, On A Path, The Secret Seven, Infernal Fantasy, The Riverbed) por sus líricas profundas y valientes, por la épica evolución de sus melodías, por esos arreglos sonoros tan complejos y característicos de las interpretaciones de Pallett y por esa manera de tocar los instrumentos: salvaje y visceral, a la vez que virtuosa y estremecedora.
Ya decía yo que los discos de este chico sonaban fenomenal, pero el efecto que consigue en sus conciertos, va más allá de todo.
Fue un directo estupendo, enternecedor y excitante a partes iguales. Al recordar lo que escuché y ví esa noche, vuelvo a flotar y se me eriza toda la piel. Ojalá todos los conciertos fueran así de conmovedores. Grande Owen Pallett. ¡Vuelve!
El Concierto de Owen Pallett fue en la Sala TClub 12 de diciembre 2014
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