Aquella noche la sala Joy Eslava estaba llena de un público de lo más ecléctico, que aguardaba con bastante expectativa el concierto de Future Islands.
Puntuales y muy serios, los cuatro integrantes del grupo ocuparon sus sitios en el escenario y abrieron con “Give us the wind”, un tema tranquilo para ir rompiendo el hielo. Aunque era evidente que los asistentes querían ver el desmelene de Samuel T. Harring quien poco a poco fue entrando en su papel de líder de la banda.
Hace mucho que no veía un front man de este calibre. Ese histrionismo desbocado, ese dramatismo al cantar, esos golpes en el pecho, esa manera de moverse y de sudar, esa voz, ese poder de hipnotizar al público durante los 60 minutos que duró su concierto. Me recuerda un poco a Iggy Pop y a Nick Cave… guardadas las proporciones, claro.
El concierto continuó con temas del último disco: “Back in the tall grass”, “A dream of you and me”, “Sun in the morning” y mi canción favorita del disco anterior “Balance”. Tema que viene muy bien para apuntar que Future Islands es mucho más que su vocalista. Junto a él sus compañeros de banda: William Cashion en el bajo, Gerrit Welmers en el teclado y Denny Bowen como baterista acompañándolos durante la gira de “Singles”, su más reciente álbum. Todo el histrionismo de Samuel T. Harring se contrarresta con la impasibilidad del resto de los músicos, hay quien dice que incluso los eclipsa, pero yo lo veo más como un equilibrio piramidal.
Cada cual ejecuta su labor en escena (y en estudio) y como resultado obtienen estos temas que ellos mismos definen en su twitter como “too noisy for new wave, too pussy for punk”. Armónicos ó estridentes, poéticos ó brutales, taciturnos ó radiantes, Future Islands consigue que su público oscile entre el llanto y la euforia.
El péndulo emocional al que nos condujeron estos músicos en su concierto continuó con algunos de sus temas nostálgicos: “Before the bridge”, “Doves”, “The great fire”. Para este momento S.T. Harring ya chorreaba sudor pero eso no le restó ni un ápice de dignidad a su manera de cantar, con esa mirada implorante y esos movimientos desconcertantes. Al ver tanta energía brotando de su figura alguien podría preguntar si no le resultará demasiado agotador mantener ese nivel de dramatismo durante todos los conciertos de la gira. Aparentemente no. Después de verlo tres veces en directo puedo dar fe de la honestidad de su propuesta. Pero, histrionismos aparte, lo que más me interesa de este grupo es la emoción que transmiten con sus temas, con los que logran tocar las fibras intimas de quien los escucha y los baila y los llora. Su música nos conmueve muy a fondo.
Y tanto, que después de escuchar los siguientes 10 temas con los que nos deleitaron aquella noche estos chicos de Baltimore, hubo quienes se pelearon por hacerse con el set list del concierto, ¡Ay, los fetiches!
A nosotros nos queda la satisfacción de haber estado allí, el sonido de sus temas y alguna que otra bonita foto para el recuerdo.
Concierto Future Islands en Joy Eslava, miércoles 22 de octubre de 2014
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