Madrid, domingo noche, sala Charada, aforo completo. Rodrigo Amarante brillaba solitario en el escenario…aunque en realidad no estaba solo: lo acompañaba su guitarra blanca, tan sencilla y afinada como su voz, y sus silbiditos.
Dio inicio a su concierto, sonriente y humilde como sabe ser, agradeciéndonos a todos por estar allí, mirándonos con sus ojos enormes e interpretando con deleite cada una de sus canciones, compuestas en inglés, en portugués, en francés e incluso una en español titulada “Tuyo”, que según nos comentó, es su reciente colaboración musical para la banda sonora de una película.
Este músico de origen brasileño y espíritu intercultural, además de valerse de cualquier idioma para componer sus temas, los interpreta con todo el cuerpo. Cada parte de su ser está transmitiendo esa emotividad cálida que emana de su boca y su guitarra y se va expandiendo sonoramente por todas partes. Y que gusto da ser testigo de esa sensibilidad.
Amarante charla entre canción y canción, comenta lo feliz que se siente al estar allí, pide que apaguen el aire acondicionado porque tiene frío, y un rato mas tarde lo enciende porque hace calor, actuando con la familiaridad de quien se siente como en casa. Luego cita y agradece a su amiga Angel Olsen por animarle a hacer esta gira en solitario e interpreta uno de los temas de esta joven compositora americana titulado “Unfucktheworld“, de quien apuntamos el nombre para investigar sobre su música más adelante.
Y así, con suavidad y una sutil nota de nostalgia, continuó con los temas de su disco más reciente (“Cavalo”, 2013) y terminó el concierto tan agradecido y sonriente como comenzó. Luego salió del escenario, caminando entre los asistentes absolutamente arrullados por la entrañable calidez de sus canciones y que valiéndose de aplausos, apretones de manos e incluso uno que otro abrazo, motivaron a Amarante a volver al escenario para tocar un tema extra y regalarnos una dosis mas de esa “saudade” que destilan sus canciones.
Siempre he pensado que uno de los detalles mas interesantes de la música es esa cualidad intangible y abstracta de transmitir emociones y sintonizarnos en ciertos estados (físicos y mentales) que sin ese estimulo, no llegaríamos a sentir. Qué evidente es este fenómeno en los conciertos de Rodrigo Amarante, cuánto cariño hay en su música y qué bien lo transmite!
Un placer de concierto: pequeño, puntual, bien sonorizado, emotivo y memorable. Bien por la organización.
Concierto de Rodrigo Amarante, 28 de septiembre de 2014 en Sala Charada, Madrid
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