“Declaro que una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, como me vino en gana dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a dar un buen paseo a la calle”.
Robert Walser, El paseo.
Bien por tan animoso gesto.