Hello. Is there anybody out there? Elisa Fuenzalida lanza señales con la esperanza de que alguien sintonice su frecuencia. No ofrece recetas, valores ni doctrinas. Sólo quiere comprobar que no estamos solos.
Noches de verano en Berlín. Elisa y yo sentadas en las escaleras del Edelweiss, un garito mítico, bebiendo cerveza comprada en un espeti. Ni siquiera hemos hecho el gesto de mirar puertas adentro. Sí, hace una noche increíble pero tampoco tenemos un pavo para pagar una cerveza en barra. No sé de qué estamos hablando. Es posible que nos estemos riendo de cualquier gracia que haya ido creciendo a lo largo de varios minutos hasta explotar en una idea descabellada. Prometemos realizarla en un futuro muy próximo. No hay juramentos de sangre, pero casi.
Alguien nos interrumpe para preguntarnos de dónde somos. Al girarnos para contestar nos encontramos a un individuo sonriente que recoge los vidrios de nuestras cervezas acumuladas para venderlos a 8 céntimos. Lleva un carrito con altavoz incorporado. Suena Bob Marley.
“Lima y Madrid”. Respondemos, y le sigue una nueva pregunta: “¿Y qué hacéis aquí?”
“Buscar nuestro lugar en el mundo”, responde Elisa por las dos. Yo asiento.
El tipo nos mira fijamente a ambas. Sonríe mientras abre su enorme bocota y nos lanza una promesa en español: “Todo va a salir bien”.
Tras regalarnos unos cuantos detalles de su existencia se despide cantando “Everything is gonna be all right”. E inicia una animada tertulia con el grupo sentado a nuestro lado.
Almas sensibles, grabamos inmediatamente esta escena en nuestra mente para los anales. No es un episodio más de “autoinducción a experiencias epifánicas”. Este hombre nos ha hecho llorar. Nos ha trasladado su verdad. La verdad.
La verdad de una persona que mantiene una relación íntima con el dolor desde siempre pero no deja de buscar la felicidad. No como objetivo existencial sino como modo de vida.
En su nuevo libro Elisa Fuenzalida inventa fórmulas para operativizar esta búsqueda y mostrarnos lo evidente. Y nos narra su verdad con una voz que ya es inconfundible.
No esperéis encontrar un canto prefabricado de optimismo. No hay señales de idealismo facilón pero tampoco de cinismo.
Esta mujer habla para todos pero, especialmente, para aquellos que fueron jóvenes autodestructivos y al crecer se preguntaron hacia dónde demonios estaba mirando todo el mundo en ese momento. Para los que las drogas no son ni tema tabú ni excitante ni glamuroso, sólo una herramienta para la evasión de la realidad que incrementa tus niveles de felicidad de una forma tan rápida como es la caída en la curva de consumo. Para aquellos que atentan contra su muro del Facebook porque están asimilando aún la transición entre la pose y el “me importa todo una mierda”. Para los adictos a la intensidad que prefieren un buen chute de drama a una serena felicidad sólo para comprobar diariamente que siguen vivos. Y para los que alguna vez se fueron y luego no sabían donde volver.
Este libro es un viaje, una búsqueda a territorios generacionales aún desconocidos. No lo utilicen de guía. Valentía. Tracen sus propias rutas. No están solos.
Buscando la felicidad de la manera equivocada. Y sufriendo innecesariamente
Elisa Fuenzalida
Honolulu books.
Precio: 7,50€ Aquí
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