Llegué a Fleur Jaeggy por Battiato. Suya es la letra de “L´oceano di silenzio“.
Aluciné con el primero de sus libros en castellano, Los hermosos años del castigo (1991). Supe que no pararía hasta leerlos todos. Así comenzó mi búsqueda. El temor del cielo (1998), Proleterka (2004) y El ángel de la guarda (2010). Todos en Tusquets. Pura literatura centroeuropea que conserva las huellas de los paseos de Sebald y Walser. Pero Jaeggy tiene su ritmo. Y es único. Frases muy cortas. Tanto que extrañan. Incomodan. No hay lugar para quedarse. Sólo para seguir.
Acabamos y ha cambiado hasta el ritmo de nuestra respiración. Jaeggy se mete hasta el diafragma. Hasta los pulmones. Es la dueña y señora de nuestros alveolos.
Jaeggy es Wittgenstein. Síntesis. Condensación. Silencio.
Vidas conjeturales es de ciclos más largos. Es más breve que sus novelas y no es una novela, son tres biografías sincopadas. Thomas de Quincey (1785 – 1859), John Keats (1795 – 1821) y Marcel Schwob (1867 – 1905). Tres señores de la literatura en 73 páginas. ¿Cómo? Tres infancias, tres niños y sus tutores -omipresentes en Jaeggy-, tres relaciones con la enfermedad, el dolor y la droga, tres escrituras y tres muertes.
Schwob escribió unas Vidas imaginarias con personajes reales y Jaeggy propone estas Vidas conjeturales del propio Schwob, de Keats y de T.D.Q., los tres autores y su traductora.
Les dejo con ella y con ellos.
T. D. Q.: “Thank you, les dijo simplemente a los que estaban a su alrededor, con un tono dulce y la exprsión radiante. Le pareció ver a su hermana Elizabeth y la llamó. Su respiración se hizo más lenta. Después entró en un estado de embotamiento, perdió gradualmente la conciencia y, en las primeras horas del día 8, murió. Se le veló el rostro de una apariencia de juventud. Tenía setenta y cuatro años y parecía un chico de catorce. No dejaron que se filtrara la luz de la mañana y encendieron las velas” (27).
Keats: “… Keats recitó sus versos. Siguió un silencio plástico ente los dibujos y la voz. “Una agradable muestra de paganismo”, dijo Wordsworth, con la mano aún en el chaleco. Haydon desaprobó la falta de tacto de Wordsworth y rechazó la palabra paganismo. Sin embargo leemos en Eckart que los maestros paganos, con sus virtudes, llegaron a un punto más alto que san Paolo, pues llegaron con su experiencia allí donde el apóstol llegó por gracia” (43 – 44).
Schwob:”… tenían un comportamiento muy delicado hacia ese niño demasiado precoz, demasiado inteligente que padecía una encefalitis. Durante la enfermedad, obligado a guardar cama con las persianas bajadas, Marcel seguía partiendo hacia largos viajes. Estaba un poco raquítico y soñaba con cruzar a nado el Canal de la Mancha. A su llegada, Jules Verne lo abrazaba. Otro amigo con el que hablaba en cuanto se quitaba de encima al preceptor alemán, era Edgar Allan Poe” (62 – 63).
Lean a Fleur Jaeggy. Este título o cualquiera. Pero léanla.
Si eligen este, disfruten del delicioso papel de la colección mini de Alpha Decay, editorial que guarda con sus traductores la cortesía de reservarles un lugar bajo el título del libro.
Fleur Jaeggy, Vidas conjeturales. Alpha Decay, 2013 Trad., Mª Ángeles Cabré.
Dónde encontrarlo: librería internacional Pasajes.
“A los catorce años yo era alumna de un internado de Appenzell. El lugar por el que Robert Walser había dado muchos paseos cuando estaba en el manicomio, en Herisau, no lejos de nuestro instituto. Murió en la nieve. Hay fotografías que muestran sus huellas y la posición del cuerpo en la nieve.”
Fleur Jaeggy, Los hermosos años del castigo.
“Hay vidas que en sí mismas son una novela y que por tanto no pueden ser noveladas sin caer en la tautología y el aburrimiento. A lo único que puede aspirar un escritor con respecto a ellas es a contarlas bien, y en tanto que son vidas contadas una y otra vez, infinitas veces, hay que contarlas mejor que nadie. Es decir, la única herramienta con la que uno puede enfrentarse a ellas es con el estilo. Ese estilo que se desmarca de lo narrativo para sumergirse en la poesía es lo que brilla con luz intensa en esas Vidas conjeturales. Frases que no pueden describir una vida son las únicas que pueden contarla.”
http://www.revistavisperas.com/vidas-conjeturales-de-fleur-jaeggy-2/