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Crónicas

Don Pasquale

Del kitsch al Angst y Nino porque me Rota

El novio llora porque cree que su novia se ha casado con otro

Aunque la Gran Vía esté empedrada de reyes León y familias Trapp, un espectáculo destaca esta semana por lo kitsch: el Don Pasquale del Teatro Real. Tiene todo lo que se supone que debe tener una ópera: señores gordos, levitas pardas, lacayos de librea, tresillos de estilo vagamente Regencia y arañas resplandecientes… ese ambiente en que toda aria parece gorgorito.

Tira un poco a Don Postale la puesta en escena de esta ópera bufa, que cuenta muy eficazmente la fugaz ilusión de un viejo. Don Pasquale ha desheredado a su sobrino (¡Povero Ernesto!), porque no quiere que se case con una pobre, que entonces trama una argucia para conseguir sus propósitos.

Pero quizá esta puesta en escena sea extraordinariamente perspicaz, porque su carácter kitsch está en consonancia con su naturaleza: da la sensación de que lo que estás viendo es todo lo que hay. Intuyo algo duro y característico del norte de Italia en este muro bellamente pintado (Donizetti era lombardo).

Veamos: Como es propio de la ópera italiana, la música es saltarina y muy terrenal, como extraída del propio acontecer diario y del mecanismo de los objetos que nos rodean, cuyo ritmo hemos desentrañado y jaleado. Pero allí donde la fórmula a Verdi le da el resultado de un mundo nuevo, Donizetti parece plantarse tras el =. La verdad es que me da más Angst este tejemaneje burgués limpiamente hilado que una amenaza fabulosa con condenaciones y demonios. Como el libreto es tan literal y tan casi doméstico, toda la insinuación va cargada en la música. Esto se ve muy bien en el rondó del final, que es muy sugestivo al oído pero que se le queda un poco corto al pecho:

“La moraleja de todo esto es muy fácil de encontrar […] poco juicio demuestra quien de viejo se casa”.

Y lo asombroso es que quiere decir precisamente eso. Que no te cases de viejo. No digo que todo arte deba ser alegoría, pero si no nos dice algo más, si no promete nada, causa espanto.

¿Cómo podemos ver, pues, esta ópera a estas alturas? Desde luego, no como una historieta ejemplar, puesto que las premisas están muy enraizadas en la sociedad en que se ideó la trama. Por otro lado, los personajes están basados en modelos de la Comedia del Arte, así que se trata más bien de una variación sobre temas familiares. Por estas dos razones podemos asistir con el interés del “voyeur en el tiempo”, para mirar con los ojos de los granburgueses del siglo XIX. De modo que al final, la puesta en escena tan convencional resulta que sirve con eficacia a la transmisión de la obra, y justo porque su adhesión a lo supuestamente cotidiano resulta tan estilizada como una flecha que da en el blanco.

Pero nos equivocaríamos si creyésemos que es sólo un pastillero mono con una miniatura galante en la tapa lo que hemos tenido entre las manos. En Don Pasquale encontramos los hitos de una época musical que se acaba, así que hay algo en ella doblemente crepuscular: Donizetti a punto de ser superado y volverse loco, y el anciano dándose cuenta de que es imposible que una mujer lo quiera; y también hay en ella una semilla del futuro. Fue de su preludio al aria Povero Ernesto de donde Nino Rota (maestro, por cierto, de Riccardo Muti, que dirige esta versión) sacó la base para el tema de El Padrino, así que las desventuras de un pobre anciano que no tendrá descendencia resonaron por fin en el pecho del fundador de una gran familia.

Ya se sabe que es vano preguntar por quién doblan las campanas. Id, y sed amables con los ancianos y con los mafiosos, por compasión y por prudencia. //Bárbara Mingo Costales

Don Pasquale, dramma buffo en tres actos de Gaetano Donizetti, con libreto del compositor y de Giovanni Ruffini, se representó en el Teatro Real entre el 13 y el 19 de mayo. El director musical es Riccardo Muti y la dirección de escena es de Andrea da Rosa. La interpretación es de la Orquesta Juvenil Luigi Cherubini y del Coro Intermezzo (titular del Teatro Real). Los personajes están interpretados por Nicola Alaimo, Alessandro Luongo, Dmitry Korchak, Eleonora Buratto y Davide Luciano.

 

Teatro Real | Plaza de Oriente s/n | 915160660
Horarios:
17 de mayo a las 20:00 y 19 de mayo a las 18:00.
Precios: 8€ – 269€ Venta de entradas.

 

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