14 Sep 2012 - 14 Sep 2012Matadero Madrid
Las primeras noticias sobre Chico-Trópico llegaron desde Casa de América allá por 2010. Luego repitieron en 2011, con lo que aparecían más en los papeles, aunque no estaba muy claro de qué iba el tema. Los que habían asistido hablaban maravillas del ambiente y del musicón, pero muchos sospechábamos que quizá su percepción estaba empañada por el consumo generoso de alcohol y mandanga. Vamos, hombre, un moderno gafapasta no puede pasárselo bien en una fiesta basada en la música latina. Es, sencillamente, un anatema.
El tiempo fue pasando, y el colectivo Chico-Trópico se iba dejando ver al estilo guerrillero, de improviso y en cualquier parte, transmitiendo la buena nueva de la música latina. Ellos o artistas afines, tanto da. En Tabacalera, en fiestas raras o en Matadero. El virus se ha ido extendiendo.
La última vez que estuve en una fiesta de estas fue en la clausura de algún rollo artístico-moderno, muy artie, que prácticamente acabó con los seguratas echando al personal a empujones. Nadie se quería ir, los pobres pinchas se despidieron unas tres o cuatro veces -”Esta es la última, amigos, un plasser”- e, inmediatamente, eran rodeados por inclementes arquitectos becados y artistas emergentes sudadísimos que les daban la tabarra hasta que volvían a ponerse tras la mesa: “Está bien, pero un temita, no más”. Y la turbamulta rugía y rugía al ritmo de los sones caribeños más extremos…
Bueno, tal vez estoy exagerando un poco, pero sólo un poco. Pero es que el salto cultural, la evolución sonora que suponen los ritmos de los que Chico-Trópico es bandera y punta de lanza tienen su enjundia sociológico-lo-que-sea. Porque en España, no nos engañemos, cualquier persona musicalmente de bien evita la mayor parte de la música latina tanto como la de Los 40. La salsa ochentera, los chayannes, bautes, rickys y (rellenen el hueco a placer) han hecho mucho daño, y el reggaeton ha sido la puntilla. La música latina moderna era equivalente a horror estético (y ético). Hasta ahora.
El secreto para volver a amar la música latina pasa por descubrir la cumbia y sus múltiples posibilidades. Es el ritmo más infeccioso que se pueda imaginar, como se puede comprobar pinchando aquí. Si no has empezado a mover el esqueleto, aunque sólo sea un poco, es que estás muerto. De raíz india y africana, es de esos ritmos que ligan con todo, y se ha expandido por toda Latinoamérica. En directo es cuando mejor se disfruta.
Lo que va a sonar este viernes no es fácil de explicar para un ignorante como yo, pero se puede intuir visitando el Facebook y la página oficial. La electrónica latina de vanguardia viene a ayudaros intelectualmente, sí, y la mezcla psicodélica os dará un asidero, pero agárrate los machos ante la caña arrasadora que te va a meter Janet Chang, la Chinita de la Cumbia. Eso va a ser como una boda ecuato-peruana en el Costumbres. Tampoco confiéis en que Los Hermanos Pizarro os darán descanso.
A partir de ahora la música latina se va a llevar, y tú podrás decir que estuviste allí.
Si hay que buscarle un problema a este festi es el horario. Acaba a las 12, justo la hora a la que tendría que empezar. De cualquier forma, es un planazo y, según nos han informado, luego hay un tremendo after-party. Mmmmmh, veo una estrategia en todo ello…/ Pablo Zapata
Matadero | Paseo de la Chopera, 14 | web
Horario: 18-00h
Precio: 15€ aquí