Boceto de 'Akira', el mejor anime de la historia.

Cuando vi Akira por primera vez tendría unos 13 años. La película se estrenó casi un lustro antes, pero yo me acerqué a ella en uno de los múltiples relanzamientos que se hicieron. Se trataba del primer anime al alcance de nuestra pobre percepción occidental.La conseguí a través del mismo vecino que me pirateaba los videojuegos y, ya en aquel entonces, ante semejante despliegue, entendí que los dibujos que yo solía ver estaban a años luz de lo que tenía delante de las narices. Los Looney Tunes, Disney… todo mi imaginario se quedaba corto ante aquella explosión de ideas y de medios. Mi propia imaginación no podía abarcar el conjunto. Todo era superior. Allí había más fotogramas animados que en ninguna película que hubiera visto. En mi mundo nos vanagloriábamos de la extensión dibujada para Bambi y aquí estábamos hablando de algo muchísimo más ambicioso.Esta exposición nos permite ahondar en el cerebro de los creadores más importantes del anime, mostrándonos al detalle procesos de trabajo inconcebibles en nuestra industria. Bocetos, premontajes, detalladísimos ambientes o incluso notas personales que anticipan las obras más complejas que uno pueda imaginar.Sin duda, lo más interesante de la exposición es ver cómo, por delante de tantísimo trabajo y tantísima técnica, prima la imaginación. Volviendo a Akira, recuerdo perfectamente cómo me habían sorprendido los artefactos de los protagonistas, los vehículos que utilizaban o sus propios diseños. Me acuerdo mucho de aquella moto que podía dar marcha atrás, de las armas o de las ropas y complementos que llevaban los héroes y antihéroes.Paseando por La Casa Encendida comprobamos que en esta industria se paga por buscar la novedad. Aquí remuneran el invento y los viajes al futuro para recolectar ideas. En las libretas de estos creadores aparecen detalladas máquinas que no existen, vestuarios venideros y hallazgos que se adelantan considerablemente a su tiempo. Estoy seguro de que si se analizara pormenorizadamente este medio encontraríamos cientos de proféticos aparejos todavía por llegar, del mismo modo que, si releemos a Verne, nos entretenemos con sus anticipaciones a la realidad.Lo que aquí se nos presenta es el cuarto oscuro de los seis artistas que han definido este nuevo código. Un sistema iconográfico y emocional con sus propias reglas, que parte de lo personal para terminar siendo una industria en la que un grupo de personas supeditan su experiencia vital al arte. Sonámbulos que viven para la creación de un sistema de representación tan paradójico como los propios resultados que ofrece. Una conceptualización propia, en la que incluso los pequeños ojos rasgados terminan por transformarse en enormes ventanas a la realidad, y en la que el menudo canon oriental se traduce en bellos y elegantes cuerpos alargados.Artistas que rompen una lanza a favor del derecho de vivir en una fantasía que ellos mismos producen.Realidad virtual antes de la realidad virtual. Avatares antes de Avatar./ Fernando Epelde La Casa Encendida | Ronda de Valencia, 2 | webHorario: 10-21'45hPrecio: Entrada libre” />

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Exposición

Proto Anime Cut. Espacios y visiones en el cine de animación japonés

23 Jul 2012 - 23 Sep 2012
La Casa Encendida

Boceto de 'Akira', el mejor anime de la historia.

Cuando vi Akira por primera vez tendría unos 13 años. La película se estrenó casi un lustro antes, pero yo me acerqué a ella en uno de los múltiples relanzamientos que se hicieron. Se trataba del primer anime al alcance de nuestra pobre percepción occidental.

La conseguí a través del mismo vecino que me pirateaba los videojuegos y, ya en aquel entonces, ante semejante despliegue, entendí que los dibujos que yo solía ver estaban a años luz de lo que tenía delante de las narices. Los Looney Tunes, Disney… todo mi imaginario se quedaba corto ante aquella explosión de ideas y de medios. Mi propia imaginación no podía abarcar el conjunto. Todo era superior. Allí había más fotogramas animados que en ninguna película que hubiera visto. En mi mundo nos vanagloriábamos de la extensión dibujada para Bambi y aquí estábamos hablando de algo muchísimo más ambicioso.

Esta exposición nos permite ahondar en el cerebro de los creadores más importantes del anime, mostrándonos al detalle procesos de trabajo inconcebibles en nuestra industria. Bocetos, premontajes, detalladísimos ambientes o incluso notas personales que anticipan las obras más complejas que uno pueda imaginar.

Sin duda, lo más interesante de la exposición es ver cómo, por delante de tantísimo trabajo y tantísima técnica, prima la imaginación. Volviendo a Akira, recuerdo perfectamente cómo me habían sorprendido los artefactos de los protagonistas, los vehículos que utilizaban o sus propios diseños. Me acuerdo mucho de aquella moto que podía dar marcha atrás, de las armas o de las ropas y complementos que llevaban los héroes y antihéroes.

Paseando por La Casa Encendida comprobamos que en esta industria se paga por buscar la novedad. Aquí remuneran el invento y los viajes al futuro para recolectar ideas. En las libretas de estos creadores aparecen detalladas máquinas que no existen, vestuarios venideros y hallazgos que se adelantan considerablemente a su tiempo. Estoy seguro de que si se analizara pormenorizadamente este medio encontraríamos cientos de proféticos aparejos todavía por llegar, del mismo modo que, si releemos a Verne, nos entretenemos con sus anticipaciones a la realidad.

Lo que aquí se nos presenta es el cuarto oscuro de los seis artistas que han definido este nuevo código. Un sistema iconográfico y emocional con sus propias reglas, que parte de lo personal para terminar siendo una industria en la que un grupo de personas supeditan su experiencia vital al arte. Sonámbulos que viven para la creación de un sistema de representación tan paradójico como los propios resultados que ofrece. Una conceptualización propia, en la que incluso los pequeños ojos rasgados terminan por transformarse en enormes ventanas a la realidad, y en la que el menudo canon oriental se traduce en bellos y elegantes cuerpos alargados.

Artistas que rompen una lanza a favor del derecho de vivir en una fantasía que ellos mismos producen.

Realidad virtual antes de la realidad virtual. Avatares antes de Avatar./ Fernando Epelde

 

La Casa Encendida | Ronda de Valencia, 2 | web
Horario: 10-21’45h
Precio: Entrada libre

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