7 Mar 2012 - 31 Mar 2012Galería Aranapoveda
Zoofilia conceptual
No lo olviden: Todos los animales bailamos.
La danza es un código de comunicación infinitamente más efectivo que el verbo. Bailamos para ponernos en contacto con el otro lado. Ya sea el género opuesto, las divinidades o la naturaleza.
El baile es comunicación segura, elevada y privilegiada.
De esto sabe un montón Rosana Antolí, que lleva unos cuantos años bailando con la bestia como concepto.
En esta ocasión, la artista -a la que hemos podido ver hace tan solo un par de semanas en JustMad- nos sella la mano de un salón de baile para criaturas, en el que no hay más opción que hacer como sus personajes y mover la colita para agitar las emociones prohibidas.
Las piezas de la muestra suponen una introducción muy completa a este nuevo proyecto, que se encuadra dentro del ciclo Miradas de mujeres del MAV, y nos conduce directamente al cerebro reptiliano.
La creadora trabaja sobre esas danzas automáticas que nos obligan al trance. Ella sabe como nadie alimentar a esa bestia que nos presta placer o terror cuando se asoma.
Son imágenes desde lo profundo, que basculan con pasos gráciles entre el sexo y la necesidad.
Entre la satisfacción y la completa carencia.
Como cualquier baile que se precie.
Cada cuadro contiene un invitación, más que una danza en sí misma. Son instantáneas jóvenes, que poseen esa irresistible capacidad para hablar del presente sin preocuparse demasiado por hacerlo.
Son obras que nos conducen directamente a lo atávico partiendo de una calma perturbadora.
Animalidad suspendida.
La oferta de la artista es completa. La discoteca de animales tiene tres ambientes: dibujo, vídeo e instalación.
Ella nos recuerda que adoramos mirar la danza de la fauna, sencillamente porque somos una de esas especies que la comprende a la perfección. Nos atañe.
Rosana Antolí, te debemos un baile./ Fernando Epelde
Galería Aranapoveda | c/ Lope de Vega, 22 | web
Horario: L-V: 11-14h y 17-20’30h; S: 11-14h
Precio: Entrada libre
