Lugar adecuado para esconderte tras un par de gintonics los domingos, y apalancarte en sus bancadas rojas hasta que no quede luz fuera. Se encienden entonces las candilejas y alcanzas una irrealidad luminosa: La frontera contra el terror de la tarde dominical.
En el barrio de Lavapiés, el adjetivo bonito se suele sustituir por viles premios de consolación-tales como auténtico, alternativo o entrañable. Éste, en cambio, es un café bonito de verdad.
Digo que es bonito porque tiene dorados y grandes espejos envejecidos con pátina; lámparas de luz caliente -en grados kelvin; ventanales empañados; relieves sobre el vidrio; mesas con patas de hierro; columnas; relojes y molduras. Y si eso no significa bonito que venga el santo Kant y me lo diga a la cara: no caben opiniones aquí.
Sí, es un poco más caro que los restantes cafés de la zona. Pero aquí recibirás un poco más de belleza cuidándote, y unos batidos bastante buenos, una tarta que no está nada mal, y un café sobre mesita de marmol. Avistarás personajes con ínfulas de parisinos, el libro abierto, el te avizor.
Café Barbieri, Ave María 45 | 915 273 658
Horarios: M-X 16.00 – 00.00 | J 16.00- 01.30 | V y S 16.00- 02.30| dom 16.00- 23.30
Precios: Infusiones 1,70 €, tes especiales 2,50€, mate 2,50 €
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