*Nota: La librería Molar ya no es café, solo librería.
Creo que hablo en nombre de la mayoría de los que amamos el Centro si afirmo que la zona de La Latina ya no es lo que era. No me refiero a la época cuando el barrio estaba degradado y tomado por los yonkis, sino a hace no más de diez años. El barrio había recibido savia nueva y, a la hora de salir, podías elegir entre tabernas de las de toda la vida, locales nuevos y acogedores abiertos por gente joven y más de un garito canalla donde te podía encontrar el amanecer a nada que te despistases. Pero, poco a poco, la cosa se fue poniendo pija y se fue perdiendo algo esencial: el alma del barrio. Ahora, a menudo, sales a tomar algo y parece que estés en Huertas.
No hay que caer en el reduccionismo. Igual que Huertas no es todo el barrio de Las Letras no hay que despreciar La Latina por lo que se ha convertido la zona de las Cavas, pero creo que los que conocéis el barrio sabéis a lo que me refiero.
Por eso es gratificante la apertura de un sitio como el Café Molar. Es una librería-cafetería [*actualización 2015: nos avisan de que ya no sirven café*], y han tenido el buen tino de abrirla en una zona donde -al contrario de Lavapiés/Antón Martín y Malasaña- todavía no había ninguna. Encima, se encuentra justo al lado del Campo de Cebada, ese oasis de libertad que nos gusta tanto. Tiene todo el sentido que estén tan juntitas.
El Molar tiene dos plantas. La de arriba es la principal, sencilla y acogedora. La oferta cultural no es muy extensa por razones de espacio, pero está muy bien elegida. En la sección de cómics hay, sobre todo, formato álbum, bastante ecléctico, con especial atención a las editoriales independientes. Se agradece un espacio que no haya sido invadido por el manga y los superhéroes; donde, sin embargo, puedas encontrar fanzines. No miré demasiado la estantería de los libros, pero me llamó la atención ver agrupados Homicidio y La esquina, de David Simon, junto a Juego de tronos, un reconocimiento al buen gusto televisivo de la clientela (solo faltaban los deuvedés, sería perfecto) y, también, de los dueños. La zona de discos está dedicada casi en exclusiva a los vinilos, mezclando reediciones rarunas con autoediciones e independientes: de Juanita y Los Feos a Fabuloso Combo Espectro, de Goblin a Mogwai… Gustazo para los melómanos. Por este área y la barra es donde se concentran los objetos misceláneos, como gorras, camisetas, chapas y cinturones con hebilla con forma de cassette (¡¡!!).
La parte de abajo está dedicada a encuentros, presentaciones y actividades variadas, como los cuentacuentos de los sábados. A tener en cuenta para asistir o para organizar.
Como café-bar el Molar es muy agradable y tranquilo, el típico sitio donde pedirse una infusión y una porción de tarta (la de zanahoria tiene fama) y tirarse horas enganchado al wifi. O leyendo el tebeo que te acabas de comprar, por ejemplo.
Muy recomendable, como veis. No es que haya saturación de librerías-café en Madrid, es que están mal repartidas. El Molar te va a gustar y el barrio lo necesitaba.
Café Molar | c/ de la Ruda, 19 | 91 172 57 40
Horario: L-V: 10-14h y 16’30-22’30h; S y D: 10-00h (más o menos, depende del ambiente)
Precios: Caña: 1’20€; Doble: 2’50€; Desayunos: a partir de 2’20€; Tarta: 3’50€
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