Parásitos es uno de esos libros con los que sentirse aludido es un alivio, incluso un privilegio. Porque al fin alguien ha encontrado las palabras para acotar esa combinación de circunstancias que definen eso en lo que nos hemos convertido. Eso que somos (ficción en un buen porcentaje), inmigrantes o emigrantes según la orilla desde la que observamos, animales intuitivos o humanos racionales dependiendo del nivel de conciencia y buen uso de nuestra propia naturaleza. Parásitos de un sistema.
No importa si ponemos en práctica los métodos que llevan a cabo los personajes de esta historia, para evadir circunstancias de las que no nos sentimos parte. No importa si hemos tenido suficiente criterio para percatarnos de los fallos del régimen en el que crecimos sin opción de elegir otra alternativa. Da igual el contexto del cual venimos, estamos aquí, ahora, viviendo una realidad que nos hemos esforzado en construir con lo que buenamente hemos encontrado en el camino.
Da igual si en nuestra existencia no hemos padecido los dramas que suceden en este libro. Todo eso importa poco, el caso es que cada uno de los capítulos de Parásitos narra detalles que asumimos como propios.
Además de esta descarnada facilidad para lograr que nos identifiquemos con los acontecimientos y los protagonistas de Parásitos, Elisa Fuenzalida (su autora) llama a las cosas por su nombre, describiendo con exquisita sordidez los eventos que viven sus personajes. Hechos que, vistos desde una perspectiva “primermundista”, parecen amasijos sangrientos de una película de serie B. Pero vistos desde la perspectiva “tercermundista” de quienes hemos crecido en Latinoamérica entre los 80′s y 90′s, son hechos cotidianos, tan comunes que ni siquiera llegan a considerarse una noticia macabra ni extraordinaria.
Esa doble perspectiva de quien ha visto la realidad desde una y otra orilla del Atlántico. Esa mirada testimonial de quien creció en medio de la cotidianidad atroz, oscura y corrupta de aquella década en Latinoamérica. Esa capacidad de enfrentar al sistema y esa intrepidez de partir en búsqueda de otra realidad más coherente con las propias intenciones. Todos estos detalles se hacen evidentes en cada una de las páginas de este libro, con el cual Elisa recorre astutamente los caminos que otros entornos le ofrecen (como un zorrito listo que explora otros territorios para sobrevivir). Y como resultado de sus constantes “ires y venires” y de las experiencias que ha vivido en cada lugar, se ha convertido en ese prodigio humano, resistente, reaccionario y valiente, que nos narra biográficamente (o no?) esta breve y contundente historia.
Parásitos nos revela una verdad que no siempre estamos dispuestos a ver, nos muestra como somos anulados por un sistema arcaico que no soporta nuestra condición, que quiere cegar nuestro criterio, que quiere ocultar nuestro origen y disimular nuestra diversidad. Y justo ese es el valor de la anarquía que practica este libro: hacernos ver.
Elisa, astuta zorrita de la cordillera, donde quiera que estés, ¡vuelve! Para enseñarnos cómo parasitar el sistema desde dentro hasta romperlo y así construir uno nuevo, más eficaz, más justo y más vivo.
Parásitos, de Elisa Fuenzalida
Editado por Libros de Autoengaño
Precio: 9 € aquí
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