El último Rafael

Ya no se hacen retratos así

Me voy a poner seria (lo voy a intentar).

Raffaello Sanzio, Rafael para los colegas, nació en Urbino en 1483 en Viernes Santo, y murió en Roma a los 37 años en Viernes Santo (one more time). ¿Cómo? Sí, sus grandes efemérides son esas, dignas de un santo.

¿Que por qué hago una reseña del Renacimiento y del Prado? No lo sé… No soy muy amiga de que la mayor pinacoteca del mundo nos quite 12 euros cada vez que queremos entrar, tampoco soy amiga de hacer colas esperando a ver algo, pero tengo que reconocer que me gusta El Prado (cuando está vacío). Respecto al protagonista de mi reseña (con el cual no tomo vinos ni crea eventos en Facebook) y de esta exposición Renacentista… quizás esté harta de hablar de gente viva.

Me gusta lo antiguo, lo que no es tan guay, me gustan los clásicos… A decir verdad, me gustan las épocas mediocres de los clásicos (las de principiante, las de copista, las de borracho homosexual, las de viejo con artritis) y El Prado ha hecho físicos mis deseos, pues ha traído desde el Musée du Louvre o desde la Pinacoteca Nazionale de Bolonia, entre otros museos, piezas subyugadas bajo el insinuante título: El último Rafael (que viene a decir: Rafael aburguesado, Rafael manda el trabajo sucio a sus discípulos y el Rafael acabado).

Pues bien, las obras que puedes ver -mientras te chocas con señoras enjoyadas y turistas quemados por el sol- son de un Rafael moderno, un tipo que llevaba currando cinco años en Las Estancias del Vaticano, un tipo que se peleaba con Miguel Ángel y se codeaba en las fiestas de Donato Bramante y Baldasare Castiglione (del cual puedes ver el retrato), un tipo que pese a su correcta y magnífica pintura vivía de jarana en jarana. Era el más in en las fiestas de la época, era el Warhol del Quattrocento y el Cinquecento… Tanto es así, que murió por exceso de sexo con La Fornarina…

Pues bien, pretendía hacer algo serio sobre un arte inmaculado y antiguo, pero es imposible. Todos los artistas son modernos, todos beben, todos van a fiestas, todos tienen mecenas, todos tienen épocas decadentes y Rafael no fue la excepción por mucho que quieran santificarle con tanto Viernes Santo y tanto genio… Genio sí, pero genio y figura (hasta la sepultura)./ Teresa arroyo de la +

Museo del Prado | c/ Ruiz de Alarcón, 23 | web

Horario: L-S: de 10 a 20h. D: 10 a 19h
2 jul 2012 – 16 sep 2012
Precio: General: 12€; General + guía oficial: 22€; Reducida: 6€